por Rafa Rivero » 19 Feb 2011 03:23
En general estoy de acuerdo con tu mensaje, pero debes tener en cuenta que, una vez elegido el comité de empresa, esas posibles incorporaciones de trabajadores a la plantilla del centro en principio no deberían aportar mucho a los comités que ya existieran, pues una vez celebradas las elecciones, el que una plantilla se amplie y pase de un determinado nº de trabajadores las incorporaciones de nuevos miembros al comité no son muchas, por ejemplo una vez pasa de mil solo se incorporarían dos nuevos miembros por cada mil trabajadores, con lo que en muchos casos esos posibles aumentos de plantillas que planteas no van a aportar tampoco mucho a los comités que ya estuvieran constituidos o incluso no implicarían elecciones parciales.
Para que los foristas lo conozcan pongo el cuadro con el nº de miembros de un comite según el nº de trabajadores de una plantilla:
El número de miembros del comité de empresa se determinará de acuerdo con la siguiente escala:
1.De cincuenta a cien trabajadores: cinco.
2.De ciento uno a doscientos cincuenta trabajadores: nueve.
3.De doscientos cincuenta y uno a quinientos trabajadores: trece.
4.De quinientos uno a setecientos cincuenta trabajadores: diecisiete.
5.De setecientos cincuenta y uno a mil trabajadores: veintiuno.
6.De mil en adelante, dos por cada mil o fracción, con el máximo de setenta y cinco.
Por lo demás de acuerdo en todas partes cuecen habas, pero en estos momentos el problema es que por determinadas decisiones (pensionazo, reordenación, fondo de reptiles...) hay un cierto desencanto con los sindicatos mayoritarios y una cierta incapacidad de los minoritarios (USTEA, CGT, USO..) para captar adhesiones que supongan candidaturas en Delegaciones donde, hoy por hoy, no existimos.
Al igual que es probable que los sindicatos que se pueden identificar con la "izquierda alternativa" no seamos capaces de recoger en representatividad electoral el descontento que se ha visto en las movilizaciones de los empleados públicos en Andalucía, y es probable que sean otros los beneficiados (CSIF y SAFJA), lo mismo se puede decir en el plano político con respecto a IU, ya que esta organización política tampoco ha sido capaz de asumir la defensa de la Administración Pública con fuerza y ha mantenido una actitud titubeante, pretendiendo poner una vela a dios y otra al diablo, o dicho de otra forma, no enemistarse con lo que consideran los "sindicatos de clase" y al mismo tiempo querer quedar bien con los que estamos en contra de la Reordenación por considerarla como una puerta abierta a la privatización, no consiguiendo esa organización política ni lo uno ni lo otro, ni ganarse el futuro apoyo de CCOO y UGT, (pues esos sindicatos de clase en Andalucía finalmente van a estar más con el gobierno socialista que con IU) y de paso lo que sí se ha ganado es la desconfianza de los antidecreto, dejando al PP en solitario la bandera del "No al Decreto", con lo que, de paso, se ha hecho valedor de la confianza de muchos de los que se han movilizado. Tras la abstención, a IU no la consideran como una opción válida para oponerse a esta Ley, sino como un partido bisagra para que el PSOE siga gobernando en Andalucía.
Oportunidad histórica para IU de haber remontado en Andalucía, que se quedará en nada por falta de coherencia en su discurso, pues predican una cosa, pero no han actuado en consecuencia con lo que dicen defender. Era la oportunidad de haber cogido con fuerza esa reivindicación de defensa de lo público, pero que a la hora de la verdad no ha sabido o no se ha atrevido a romper amarras y defender un modelo de Administración Pública que no deje dudas sobre posibles tentaciones privatizadoras que pueden verse facilitadas con el modelo que ha impuesto el PSOE. La abstención ha sido un error grave de IU o, quien sabe, tal vez no, tal vez IU tampoco se diferencie tanto del "socialismo-liberal" que nos gobierna y no tenga una alternativa real de izquierdas, sino que solo aspiren a su trocito de poder.