Permitirme contaros algo:
Me duele en el alma haber presenciado la manipulación de las personas, como votos o candidatos, en las elecciones por parte de quienes tienen el deber institucional, por su poder y representatividad, de salvaguardar la libertad sindical.
Me indigna la coacción y la amenaza.
Me da asco la interposición de las formas (procedimientos) para evitar que trasluzca la realidad y los deseos de las personas.
Me da pena de aquellos que por una liberación, liberan a personajes que amedrentan para dejar sin voz a quien tiene algo racional que argumentar.
Me sonroja que nadie sea capaz de decir que se están jugando algunos en "nuestros" comicios:
Liberaciones de funcionarios de CCSS que no tienen representatividad suficiente.
Subvenciones que sobrepasan con creces lo que se merecen y que no se reinvierten en el personal laboral.
Cursos que se reparten de manera inversamente proporcional a los colectivos representados.
Cuadros/funcionarios sindicales asignados al sector metal o comunicaciones, cuando telefónica es capaz de regular con beneficios a 85000 trabajadores/as.
Acuerdos de condiciones de trabajo y pactos de liberaciones para beneficiar a los de siempre teniendo en cuenta los factores que en cada momento y dependiendo de las circunstancias interese a la empresa y a lo que representa.
Tanta porquería que solo merece una reacción: Alternativas desde la base y no sometidas a mandato de estructuras piramidales donde las Uniones Territoriales, los Secretarios Generales y las Organizaciones absorban a las personas que tratan de representarse... desde lo más humilde que pude ser simplemente tu comité de empresa o delegada/o Sindical... los grandes olvidados por la interposición de estructuras jerarquizadas que habría que analizar quienes las componen y como las componen.
Disculpas por la parrafada