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El mirador
El duopolio ensimismado
2013 noviembre 15
tags: corrupción, pp, PSOE crisis
por TeodoroLeonGross
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¡El PSOE ha vuelto! proclama Rubalcaba en pleno ataque de Obamitis. El Gobierno puede estar satisfecho, sentencian desde Moncloa como en los mejores tiempos de Españavabien. Rajoy “es el mejor presidente”, dice Cospedal, que le ve como un mix de Churchill y Reagan. Rubalcaba, según Valenciano, está en plena juventud. Ya es primavera en los grandes partidos, encantados de su situación, mientras los españoles los miran a través del CIS: el presidente inspira poca o ninguna confianza a nueve de cada diez ciudadanos; y el líder de la oposición, poca o ninguna también a nueve de cada diez. Ante eso en PSOE y PP reaccionan con satisfacción: ¡sus rivales no inspiran confianza! Rubalcaba se ha animado a continuar al mando, ahora que, tras alcanzar espectacularmente los peores resultados de su historia, ha logrado caer en los sondeos. A falta de liderazgo, tal vez celebran eufóricos que entre los aspirantes a las primarias no ha habido heridos de arma blanca. Eso sí. El presidente, entretanto, continúa su brillante gestión esperando que la crisis pase de largo; y ni siquiera va a tocar el gabinete. En definitiva ningún ministro suspende, o sí, Arias, ya que los demás obtienen una asombrosa calificación de ‘muy deficiente’; incluso Wert “mi total apoyo” no lejos del cero. Todo un alarde.
La burbuja del duopolio ensimismado es de una desconcertante falta de empatía. Están fuera de la realidad. Por eso el partido gobernante proclama una y otra vez ‘el final de la crisis’ estirando el broteverdismo mientras Eurostat, desde Bruselas, eleva el riesgo de pobreza en España. Ver la crisis desde la altura del alto cargo, tras los cristales opacos del coche oficial, provoca una distorsión óptica: confunden el final de la recesión, un tecnicismo macroeconómico, con ‘el final de la crisis’, un horizonte largo y desmoralizador para millones de damnificados. Esto no va del PP sino de PPPP (pobres, parados, pensionistas, puteados…). Cierto que los partidos también están en quiebra técnica, como anota el Tribunal de Cuentas, pero despilfarrando, con 145.000 nóminas, y no dudan en subirse el presupuesto para el próximo año mientras recortan en quirófanos o becas. Esta es la clave de la crisis: sacrificios, sí, pero para la nación. La casta está aislada. Por eso no se ha recortado el monstruo burocrático, sino el Estado del Bienestar. El CIS cifra el descontento de la sociedad, que ha hecho suyo aquel eslogan del 15M: “¡PSOE, PP, la misma mierda es!”. Pero el llamado PPSOE mantiene la convicción de que, a pesar de la ineficacia o la corrupción, ‘no hay alternativa’. Claro que alguna vez también se pensó que no había alternativa a los coches de caballos o al VHS. Y quizá al final esa clase de política acabe siendo, como sostiene el politólogo Christian Salmon en ‘La ceremonia caníbal’, un ‘teatro autodestructivo’.